A veces siento que sería mejor si alguien más lo hiciera por mí, yo no tendría que preocuparme de nada y solo aceptaría la disposiciones de otra persona; sin embargo, creo que no podría.
Es cuando me cuestiono, ¿de qué sirve tener un espíritu emprendedor, que desea ser libre, si vive asustado y con dolor?
No quiero este espíritu si no seré capaz de hacerlo feliz, no quiero esta vida si no soy capaz de amarla.
He decidido darme una oportunidad y apenas corre el segundo año de ese plazo, si las cosas no mejoran para el termino, creo que mi destino esta sellado.